martes, 9 de septiembre de 2014

Sagas de Islandia (I): cuánto cuesta ir hasta allí en autocaravana y otras cuestiones fundamentales



Viajar a Islandia. Un día hace unos cuantos años se me puso en la cabeza esta idea no sé muy bien por qué. Fui haciendo viajes a otros destinos y sin embargo la idea continuaba merodeando en la mente. Así es que este verano por fin tocó ir a comprobar si todo lo que contaban de ese misterioso lugar era cierto.

Lo primero que pregunta la gente cuando se entera de que vas de viaje allí es por qué te vas allí. Lo mismo se me podría venir a la cabeza cuando alguien me comenta que se va a determinados destinos vacacionales, pero por educación suelo callarme. Habitualmente a los sitios se acude por gusto y porque algo bueno debe de haber allí, porque pagan o porque no queda más remedio. Si no, no iría. 

Luego te preguntan cómo vas para allí y ya cuando se enteran de que te vas a desplazar por el país en autocaravana surgen las conversaciones absurdas cuando te preguntan "¿Y cuánto tiempo os cuesta subir desde aquí con la autocaravana?" o cosas por el estilo. Ni una ni dos veces. La tira de gente leída que ha hecho esa pregunta. Alucinante.

Siempre me ha gustado la Geografía pero hay que comprender que a mucha gente no, así pues es de recibo dejar unas cuantas cosas claras antes de empezar.

Islandia es un país europeo a pesar de que se encuentre casi más cerca del continente americano que de Europa. De hecho se enclava en mitad del océano Atlántico sobre dos placas tectónicas diferentes, la euroasiática y la americana. Islandia es una isla, no confundir con Finlandia la cual se asienta en Escandinavia. Islandia por el contrario se encuentra rodeada por mar, puesto que es una isla, así es que es complicado acceder hasta ella en autocaravana

Las tierras más cercanas son Groenlandia y las islas Feroe, el trozo de continente más cercano es Noruega. En avión desde Barcelona hay cuatro horas de vuelo, saquen ustedes mismos sus conclusiones. En barco se puede acceder, pero para ello hay que hacerlo desde Dinamarca o las Islas Feroe. Hay dos horas menos de diferencia con España y la parte superior de la isla roza por poco el Círculo Polar Ártico. Eso son 24º grados de latitud de diferencia respecto a la parte norte de España. Del ecuador al Polo hay 90º de diferencia.

A pesar de estar en una latitud tan alta en Islandia no hace frío. No hace el frío que debería hacer allí y que de hecho hace en lugares de similar latitud como Murmansk, Siberia, Alaska o Terranova. Esto se debe a la corriente del Golfo, el agua del océano Atlántico describe un recorrido circular que calienta la parte europea y enfría la parte americana, explicado de manera rápida. Es el mismo fenómeno que explica que en Nueva York haga mucho más frío que en Lisboa siendo que están en la misma latitud.

En Islandia no hace frío pero tampoco hace calor. De hecho sí hace frío pero como se ha dicho no tanto como debería hacer. Eso no impide que muchas zonas del país estén cubiertas por glaciares, pero son zonas a cierta altitud. En invierno tienen pocas horas de luz y en verano casi no se hace de noche. En invierno tienen suaves temperaturas bajo cero y en verano hace fresquete.

Vive poca gente en Islandia. La isla es un poco más grande que Andalucía o Portugal y en ella vive la mitad de gente que en Zaragoza. Y dos tercios de esa gente vive en el área de la capital, Reykjavik. El resto en pueblos y aldeas pequeñitas, la ciudad más importante del norte del país no llega a veintemil habitantes. La isla entera es un pueblo, en el buen sentido, grande.

Existe una carretera circular que recorre toda la isla por la costa, el interior sólo lo cruzan pistas. Y una carretera quiere decir un camino asfaltado con dos carriles y sin arcén, algo sencillo. El interior está dominado por desierto, tundra, glaciares y volcanes. La costa no es tan inhóspita y la gente vive allí entre cascadas, fiordos, pastos, ovejas y caballos. 

Islandia fue colonizada hace unos mil años por vikingos, irlandeses y escoceses. A pesar de que las condiciones de vida fueron duras y padecieron hambrunas provocadas en parte por las erupciones de los volcanes que se asientan sobre la dorsal que delimita las placas tectónicas antes mencionadas, la gente prosperó hasta convertirse en uno de los países con mejor calidad de vida del mundo.

Casi el 80% de la energía que gastan es abastecida por fuentes renovables. El calor que desprende la tierra en numerosas fuentes termales así como la abundancia de ríos y saltos de agua permite a los islandeses disfrutar de agua caliente y calefacción gratis. Todos los pueblos tienen piscina, los salarios son elevados, tienen la mayor tasa per capita de edición y lectura de libros, la educación superior es gratuita. Hace mil años ya tenían Parlamento.

Un exponente de la gran tradición literaria del país son las sagas islandesas. Son obras literarias que describen en su mayoría la colonización de la isla. Guardan un estilo que se caracteriza por el uso de la prosa; la descripción psicológica de los personajes, que no son ni buenos ni malos, es inexistente aunque sus perfiles se intuyen a raíz de las acciones que ejecutan. Estas acciones se narran en orden cronológico y no se suele explicar el motivo por el que se desencadenan. Vamos, lo que suelen ser las crónicas de este blog.

Hace seis años también llegó la puñetera crisis económica a Islandia. Allí también ataban los perros con longaniza como en España. Allí cogieron a los responsables, entre ellos el presidente del gobierno, los metieron en la cárcel y dejaron caer unos cuantos bancos. Parte de la deuda pública decidieron no pagarla y la constitución fue reformada por gente de la calle para que la cosa no se les volviese a ir de las manos. Como aquí, pero todo al revés. El país no implosionó, sigue ahí.

El nombre de Islandia proviene del noruego y significa "tierra de hielo". Groenlandia también viene del mismo idioma y significa "tierra verde". Se dice que a todas luces los nombres deberían estar intercambiados y que la verdadera tierra verde debería ser Islandia, pero que una hábil maniobra de marketing por parte de los primeros pobladores provocó ese bautizo del país para que la gente de fuera pensase que era un lugar inhabitable y de ese modo no acudiesen colonos en masa.

Pese a que los tiempos han avanzado mucha gente sigue desconociendo todo lo que alberga esa pequeña isla. No es un país grande pero es un gran país. Con mis amigos Lemus, Toño y Nacho pudimos comprobarlo durante una semana. Siete días que se hicieron cortos pero muy intensos. Poco a poco iré desgranando los detalles del viaje al modo de las sagas islandesas.

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Así pues la saga continuará en el siguiente capítulo: de cómo cuatro somontaneses aterrizaron en Keflavik y comenzaron a dar la vuelta a la isla...



  

2 comentarios:

  1. ¡Estoy impaciente por saber más!. Mola cuando lo cuenta otro, y muy bien contado por cierto. Acuérdate que la primera anécdota sucedió cogiendo el taxi nada más llegar.

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    1. Sus deseos son órdenes. Siguiente capítulo publicado. Pásenlo ustedes muy bien en su particular retorno a la isla y disfrute en las piscinas!

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